martes, 3 de marzo de 2009

Ya guardé tus palabras.

senti que eras tu x dentro aunque fuera delgada y plana esa era tu alma
enojada contigo misma
como que la hannah que nadie conoce
y x eso la tiras y matas
la arrugaste y como era hoja senti que era simbolo de inseguridad, como que aveces no sabes que hacer y x eso te enojas contigo.

El día que se murió mi mejor amiga.

Empezare por describirla físicamente, después te hablare de su forma de "ser", y terminare contándote aquel HORRIBLE día.

Tez blanca (como Blancanieves), delgada (no recuerdo haberla visto comer), bastante plana; sin caderas y mucho menos cintura. Nada por enfrente y nada por atrás (exceptuando las veces que andaba de exuberante y coqueta).

No tenia mucha personalidad, era un tanto antisocial (Parecía que le molestase hablar). Siempre estaba ahí incondicionalmente, (y siempre estaba en mi casa, me acosaba y me seguía a cualquier lugar. Yo lo disfrutaba) Estaba para mi, para ti y para todos. Le gustaba observar (Existía en su propio mundo), nunca me reprochaba nada, me escuchaba gritar y gritar (y vaya que grito), me sentía llorar (a la pobre algunas veces le salpicaba unas cuantas lagrimas), reía junto conmigo. Se aguantaba calladita calladita, cualquier cosa hasta que me quedaba dormida o hasta que ya no tenia fuerza de nada más.

Nunca me respondía, me dejaba recapacitar y pensar que estaba bien y que estaba mal. Por mas que le gritaba y le exigía algún consejo, alguna respuesta, ella nunca contestó, es decir, daba el consejo perfecto sin decir nada.

Un día llegando a mi casa, mas enojada que de costumbre (y eso es mucho decir), fui por ella y comencé a llorar y a decirle lo malo que había sido mi mal día. Le gritaba, hacia muchos berrinches, (como niño maleducado que no obtiene lo que quiere) y entre mas y mas le contaba, recordaba y mas me volvía a enojar. Hasta que se me olvidó que era mi amiga con la que desquitaba, se me olvidó lo buena que era, todas las veces que había estado ahí para mí, la forma en la que siempre me aguantaba (y es que no mucha gente me aguanta). Grite desesperada, enojada, impotente, triste.

Lloraba y lloraba desconsolada mientras la apuñalaba, no la podía ni ver a los ojos por que sabia que si la miraba me detendría y la verdad es que no quería parar. Ya ni me acuerdo cuantas veces la apuñale. No recuerdo muchas cosas, pero recuerdo aquella forma tan peculiar de sangrar, no era como la tuya ni la mía, salía a gotas y escurría unos cuantos chorros por aquí y por allá (dejó unas cuantas manchas en mi sobrecama, y la tuve que tirar para que no se diera cuenta mi mamá).

Como siempre ella no dijo nada, me dejó golpearla y apuñalarla cuantas veces quise. No lloraba, no gritaba, no me suplicaba, nada NADA. Era como si se hubiese preparado para ese momento durante toda su vida, como si su existencia solo dependiera de mí. Ella lo sabía.

Termine, por fin termine de asesinarla...
¿Que hice con el cuerpo?...

Simplemente lo arrugué y lo tire junto con las otras hojas de papel.