Últimamente eso de la prudencia a la gente no se le da, y eso de hacerse de la vista gorda pues tampoco se nos da, tanto. (Punto, punto y aparte)
-Andalee ya escógelo tu!
-Ayay yo por que si soy daltónica?
-Daltónica? pendeja quieres decir.
Últimamente eso de la prudencia a la gente no se le da, y eso de hacerse de la vista gorda pues tampoco se nos da, tanto. (Punto, punto y aparte)
-Andalee ya escógelo tu!
-Ayay yo por que si soy daltónica?
-Daltónica? pendeja quieres decir.
Quiero un sombrerito de paja con dos flores; una verde, y el color de la otra no me importa. No me importa por que de todas formas la voy a quitar.
Si no encuentras un sombrerito de paja con dos flores (por que no creo que veas uno así, a menos que lo hagas para mi, algo que seria muy amable de tu parte) entonces quiero una hoja seca (de sicómoro de preferencia pues son grades, pero si encuentras una mas grande mejor) para aplastarla y escucharla crujir y crujir, por que suena a otoño, y otoño huele a café.
Que venga la hoja con un pequeño insectito (De esos verdes peluditos que apenas y se ven, o una catarina de esas que no son ni amarillas ni rojas) que pueda encerrar en un frasco (al que previamente le hice unos hoyos, y le puse pastito para acordarme que se siente ser niña) para después liberarlo y acordarme que no puedo controlar nada.
El era un niño no tan chiquito, no tan grande, con esa cara de chiste que me gusta, como aquel que vimos la otra vez.
Llegó y se sentó en un extremo, el otro extremo se elevo, lo vio tan alto que se le antojo estar ahí, un poquito mas cerca de las nubes.
Volteo a todos lados pero nadie estaba a su alrededor, con un nudito en la garganta se levanto, al cabo de unos 2 segundos pensó que era un lindo día para no poder sentir el viento en su cara, para no poder darse esa satisfacción de estar cerca del cielo y sentir mas de cerca el sol.
Pensó como jugar solo en un subibaja, ¿y es que como jugar algo que es para dos? Pensó tanto como para poder ver una hormiga subir un gran tronco. Se levantó y creó un mecanismo muy pero muy complejo para subir (Talvez no era nada complejo, pero al autor no se le ocurrió algo muy grandioso o inteligente que escribir) y finalmente lo logro!
Eso que sintió arriba solo el se los puede describir, lo que yo les puedo decir es que nunca vi una cara como esa; felicidad, alegría, paz, satisfacción y melancolía. Solté una carcajada de esas que después se convierten en llanto, reí y llore tan fuerte que me escucho, su cara me hizo un gesto gentil que me invito a jugar. Subimos y bajamos, tanto tanto, que nos perdimos en el viento.